jueves, 14 de marzo de 2013

IFIGENIA


Artemis castigó a Agamenón tras haber matado éste un ciervo sagrado y decir que era el mejor cazador. Al ir al Troya los barcos quedaron inmóviles porque Artemisa paró los vientos de Áulide. Había un adivino llamado Calcas que dijo que para que Artemisa estuviera más tranquila había que sacrificar a Ifigenia, la cual era hija de Agamenón. Éste al principio se negó pero luego aceptó. Agamenón llamó a su hija que estaba en Micenas con su madre. Su madre cuando se enteró quería venganza a su marido por haber sacrificado a su hija. Ifigenia sabe la verdad y acepta brindar su vida antes que huir, y asi permitir que los vientos soplaran en contra los troyanos que hasta ese momento eran unos privilegiados del Olimpo. Pero al final los dioses la perdonan, haciendo que otro animal  sea la víctima.

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